sábado, 24 de mayo de 2014

Tras un horizonte impreciso (festejo particular de mis casi 52)

Con el café único del día
y olores remojados por la lluvia
una mañana fresca y pálida
como una cascada en las montañas
yo con (casi) cincuenta y dos
y ansias de niña con bici nueva
quería completar el mapa de mis alrededores
   verás
tengo hijos adultos y un
gen de exploradora que ya lo quisiera Dora
(me seguía una cámara de NatGeo)

Salí del pavimento y en mis dos ruedas
avisté que las calles bajan y suben
convertidas en caminos rurales
     con marcos de láminas y fierros reciclados
           como cercos
"es el cinturón de la pobreza enmedio del cerro
que antes era la frontera entre mi ciudad y el campo",
      (dijo mi socióloga urbana)
llegué al punto que buscaba
un ciego busca respuestas
         entre esencias de tortillas recién hechas
         y eucaliptos transpirados tras las bardas
         y el aroma plácido    activo    fértil
                de la tierra descubierta

Me detuve frente al inmenso valle
     poblado a la mitad de casas
torres de fábricas     finas líneas casuales
un silencio inusual acompaña a los coches
     la autopista late gasolina
mis ojos develaron la brumosa diferencia entre tierra y cielo
     cuando hay humedad

Un horizonte impreciso yo quería
un futuro no planeado
un escenario sin guías
entre la estratósfera
y los cerros llenos de caminos
    sin un término particular

Festejé así un fin del tiempo
    que siempre se oculta
         en la memoria que olvida
recuperé un amanecer tardío
como unas ocho y cuarto antes meridiano
mis hijos haciéndose el desayuno
y yo llena de anhelos
     viejos buscadores de lo nuevo

Un águila da una vuelta
por su ombligo del mundo
y su vuelo pedaleado la regresa
a su nido
   

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