Con el café único del día
y olores remojados por la lluvia
una mañana fresca y pálida
como una cascada en las montañas
yo con (casi) cincuenta y dos
y ansias de niña con bici nueva
quería completar el mapa de mis alrededores
verás
tengo hijos adultos y un
gen de exploradora que ya lo quisiera Dora
(me seguía una cámara de NatGeo)
Salí del pavimento y en mis dos ruedas
avisté que las calles bajan y suben
convertidas en caminos rurales
con marcos de láminas y fierros reciclados
como cercos
"es el cinturón de la pobreza enmedio del cerro
que antes era la frontera entre mi ciudad y el campo",
(dijo mi socióloga urbana)
llegué al punto que buscaba
un ciego busca respuestas
entre esencias de tortillas recién hechas
y eucaliptos transpirados tras las bardas
y el aroma plácido activo fértil
de la tierra descubierta
Me detuve frente al inmenso valle
poblado a la mitad de casas
torres de fábricas finas líneas casuales
un silencio inusual acompaña a los coches
la autopista late gasolina
mis ojos develaron la brumosa diferencia entre tierra y cielo
cuando hay humedad
Un horizonte impreciso yo quería
un futuro no planeado
un escenario sin guías
entre la estratósfera
y los cerros llenos de caminos
sin un término particular
Festejé así un fin del tiempo
que siempre se oculta
en la memoria que olvida
recuperé un amanecer tardío
como unas ocho y cuarto antes meridiano
mis hijos haciéndose el desayuno
y yo llena de anhelos
viejos buscadores de lo nuevo
Un águila da una vuelta
por su ombligo del mundo
y su vuelo pedaleado la regresa
a su nido
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