sábado, 3 de diciembre de 2022

Cómo superar la parálisis en el ombligo del mundo. “Parálisis”, de José Reséndiz. 2022. Autoedición artesanal.

 Comentarios a "Parálisis", de José Reséndiz, 2022. Autoedición artesanal. 

Dice Stephen Vizinczey en uno de   sus diez mandamientos para un escritor, que “el lugar donde vives es el ombligo del mundo”, por lo que “no adorarás Londres-Nueva York-París”. Yo, por mi parte, agregaría Ciudad de México, Querétaro capital y Guadalajara, por esto de la FIL cada año. 

Así, para José Reséndiz, Ajuchitlancito es el ombligo del mundo. Leerlo es acercarse a la campiña queretana en su expresión más natural, con toda la flora que adorna en diversas épocas del año su hábitat, escondido detrás de uno de los tantos parques industriales que pululan en nuestro Querétaro. La comunidad que lo vio crecer es también en la que han nacido y crecido sus hijos y en donde él, como parte de un equipo humano esforzado, ha podido inducir un proceso cultural muy interesante y ejemplar. 

Fotografía de Aida Contreras Ochoa. 

Acercarse a su poesía también es quedarse inmovilizada junto con él en esos episodios de parálisis del sueño que reconozco haber vivido.

Lo extraordinario es cómo me lleva de la mano, a través de la lectura de su “Parálisis”, de los poemas arrancados del sueño por un ente preciso y memorioso que anota en una pizarra lateral del subconciente cuando se le deja crear a sus anchas en esos estados alfa y delta necesarios para nuestra recuperación mental y física. Esa pizarra se desarrolla en palabras que tratan de capturar esa alteralidad de la conciencia que significa dormir. Duerme y se observa, a veces soñando y libre, a veces totalmente inmóvil, atrapado en sí mismo.

Sus tres capítulos: Sueño, Parálisis y Oraciones persiguen la sanación de ese estado intermedio que la ciencia médica se denomina “parálisis del sueño” como "una afección en la cual usted no puede moverse ni hablar cuando apenas se queda dormido o al despertar. Durante un episodio de parálisis del sueño usted está totalmente consciente de lo que está pasando", según el sitio web Medicine Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina con sede en USA.  

A veces, un estornudo -un acceso involuntario de las vías respiratorias- lo libera. 

Por debajo de la puerta

se coló un suave

aroma a tierra mojada

robándome un estornudo

llevándose consigo aquellos

olor a muerte que impregna

la parálisis.”

… y la conciencia se apresura a describir lo vivido, antes de que el pensamiento lógico se adueñe de las palabras y del discurso mental…

“La inspiración hizo latir mi corazón

con gran fuerza bombeando

sangre por todo mi cuerpo

llevando oxígeno a mi cerebro,

no mucho,

pero si el necesario

para ordenarle

o más bien obligarlo

a desbloquear

mi sistema nervioso

y poder moverme antes

de que olvidase esto

y escribirlo”.

El oficio del poeta es perseguir las palabras para lograr que expresen lo inasible por la lógica y el lugar común. Pero a veces las palabras lo persiguen hasta en los sueños, y cuando se da la vuelta y trata de apresarlas, se escapan con la mañana, como en el poema XV:

 “Despierto ávido de inspiración,

pero una corriente de espectros

fantasmagóricos me arrebata la metáfora”.

Esa parálisis del sueño pudiera llegar a sentirse como la muerte en vida. La poesía describe y rescata a la vida al poeta, también le otorga la seguridad de la conciencia y al mismo tiempo la promesa de que al ponerlo en palabras, será real y no desacreditado como cuando decimos “fue sólo un sueño”.

Otra situación interesante de la poesía de Reséndiz es la conciencia del cuerpo, de sus funciones automáticas y de cómo las emociones se alojan en diversos órganos. La anatomía psicológica podría ingresar en los escritos metafísicos y de alguna espiritualidad orgánica perdida, pues llega a describir el deambular del alma por la corporalidad, como si circulara junto con la sangre o como si estuviera metida en las terminales nerviosas  que nos recorren y terminan en alguna parte del cerebro.

XXXIX

El espíritu, mi espíritu

recorre mis sienes

buscando alimento.

Ya conoce el camino,

desliza mi cuello

hasta alcanzar mi costilla

para detenerse

y beber de mi sangre.

Vomita decepcionado.

El temor en el plasma

no es un elemento

que le beneficie

al hombre y tampoco

a su esencia”.

La parálisis exige a quien la sufre  diversos modos de despojarla de su esencia angustiante y terrorífica. Una es la descripción, la otra es la oración religiosa. Y ahí está el tercer capítulo para revisar poéticamente si las letanías católicas acallarían, aliviarían, alejarían la amenaza de ese fenómeno.

Sin embargo, la oración a ese “dios extranjero” al que hace referencia en el poema XXXIII tiene muchas variantes, en una oscilación en la que la fe y la pérdida de ella se mezclan en las frases que todos los educados (y asustados) en la fé católica tenemos tatuadas en la memoria. Y sirven de referencia, de cántico y de epílogo de varios poemas, con sus cambios necesarios para la necesidad específica del poeta.

Y la culpa (por mi grande culpa), por atraverse a tener en casa un símbolo de la espiritualidad originaria, de esa que integraba un modo de vida que casi se destruyó con la conquista española de la espada y de la cruz, en el poema LI:

“veo cómo

la mirada de Dios penetra

como un alfiler al guerrero

jaguar que adorna el buró”

Yendo más allá del simple fenómeno físico,  pudiera pensarse que la Parálisis de la que se escapa repetidas veces son los marcos mentales en los que hemos sido educados en esta sociedad clasista, religiosa y timorata. Son los límites de la cuna, que impiden que caigamos cuando no estamos listos para caminar, pero que nos estorban cuando queremos volar y soñar.

¿Quién sale de la parálisis que nos constriñe a repetir patrones de comportamiento, costumbres, hábitos y represiones religiosas, sociales y culturales? Quien se acerca a conocer su origen, a sus características y a la cultura que los originó, así como a leer sus más grandes cuestionadores: los pensadores y escritores. Asimismo, a quien reconoce en sí mismo las estructuras de esa educación.

Un escabroso camino de autoconocimiento y de adquisición de la cultura universal se nota en este poeta, y nosotros somos los afortunados testigos de ello. Felicidades por este primer fruto.

Gracias.

 

Anna Georgina St.Clair 

Ajuchitlancito, Querétaro. Noviembre 2022.