Texto leido para presentar mi libro de relatos, el 9 de diciembre del 2013 en Hermosillo, Son. México.
Por Norma Alicia Pimienta.Este libro, "De tejidos marítimos, viudas y tangas", nos remite directamente a celebrar la libertad de expresión femenina, que tanto se intenta, pero que poco se logra.
En
el caso de Anna es un gran logro y un avance de género.
A
través de sus 39 relatos se identifican rasgos de autobiografía que se
agradecen en su lectura por la disposición a compartir anécdotas y temas que no
es frecuente exponer al aire libre, como lo hace la autora. En eso radica la
frescura de las narraciones.
A no
ser por la “Advertencia” que nos hace Anna al principio del libro, podríamos
pensar al iniciar la lectura, que vamos
a encontrar sólo textos sencillos que narran una niñez común y vida familiar
apacible.
Eso
es sólo al principio y con eso se logra atrapar a quien lo lea, pues las
anécdotas presumen de una firme
estructura y descripción bien lograda; analogías entreveradas con lenguaje directo a
través de las letras impresas en color sepia.
Pero cuando llegamos al título “El bote robado”, los
textos empiezan a tener otra tesitura. Van aumentando de tono para dar paso a
una diversidad de historias donde el tema de la sexualidad logra imponerse. A
través de ellas la autora desmitifica algunas creencias mochas sobre la
conducta
femenina, sobre su sentir y su
pensar.
Y no le cuesta mucho trabajo exponer esta parte
“vetada” de la experiencia femenina. Las narraciones fluyen sin obstáculos, al
igual que la primera parte del libro, exenta de “truculencias” de carácter
sexual.
El libro cobra realce porque además de lo anterior,
la autora nos sumerge en una lectura donde vamos a encontrar otros terrenos
también tabú para una sociedad patriarcal donde la mujer no goza de mucha
atención al momento de expresarse.
En “La viuda no quiere entrar a la iglesia” la
autora ventanea la autenticidad de un personaje femenino a la hora de la muerte
de su marido. La ambigüedad entre el dolor y el alivio de perder al marido, que
nos hacer recordar aquella frase tan difundida de las feministas: “Es que las
mujeres necesitamos unos añitos de viudez”.
Y así sucesivamente, en cada texto vamos a encontrar
rasgos de mujer contemporánea, donde mitos y tabúes van quedando atrás para dar
paso a una generación femenina despojada de mentes anquilosadas.
Anna Georgina St. Clair se expresa, se abre. Reta al
silencio y evoca y convoca a la libertad de expresión. Y lo hace en forma
natural porque siempre ha ejercido esa libertad. En cada etapa, en cada década
de su vida. No es novedosa en ella su apertura, pero sí lo es en la literatura
sonorense, que a nivel general todavía no da los frutos necesarios para definir
a una sociedad de avances en criterios y mentalidades.
Gracias, Anna, por darnos la oportunidad de
asomarnos a tu mundo, a tu visión del mundo. Tu libro es un legado tanto para
tus congéneres como para las nuevas generaciones, tanto de mujeres como de
hombres. Es un paso que cultiva un cambio para mejorar la percepción de la
convivencia humana.
Norma
Alicia Pimienta
Casa
Madrid, Hermosillo, Sonora.
Diciembre
10 de 2013.-
(Publicado con el permiso de la autora).
(Publicado con el permiso de la autora).
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