Fui madre voluntariamente, aunque no puedo decir que es mi vocación principal. He tratado de dar lo mejor a mis
hijos, pero poniéndome siempre yo primero. Claro, las circunstancias
luego me han hecho que realice cosas que yo sentía luego como
"sacrificios", pues es defícil pintar la raya cuando la mayor parte del
tiempo no conté con el apoyo paternal total -cuando estuvieron
presentes- de los padres de mis hijos.
Y estoy al pendiente. Sin
menoscabo de su sobrevivencia, siempre he procurado no sacrificarme por
ellos. Y cuando lo he hecho, doy marcha atrás, porque sé que en un
futuro ellos lo resentirán, por lo menos al ver mi exagerado esfuerzo
por ellos o, en otras ocasiones, en algún reclamo que les haga, mismo
que en el momento de ser dicho me hace ver la realidad de mis supuestos
"sacrificios".
¿Qué culpa tienen los hijos de que muchas madres les
den "todo" de su propia vida? ¿Deben pagarlo los hijos con flores,
halagos, incluso con su propia vida? ¿Acaso el 10 de mayo está hecho
para recordarles a nuestros hijos que por su culpa ahí estamos, sin vida
propia, con las finanzas destruidas y sin futuro económico, político o
laboral?
No creo que ese sea mi caso. Por eso me da gusto ver que
mis hijos no sientan que me deben demasiado, tanto que quizá no me la
puedan pagar con su propia vida.
Me da gusto estar contenta a pesar
de que no tengo su pleitesía, pues dentro de lo que me fue posible, he
luchado por vivir mi vida, buscar mi felicidad de muchas maneras, y no
descuidar su manutención, educación, etc.
A estas alturas, un abrazo de su parte podría ser suficiente. Y me dieron más. Pero eso es siempre.
Es una trampa más que la sociedad nos enaltezca exageradamente a las
mamás para que sigas supliendo multitud de servicios sociales que
deberían de darnos.
Y amigas que no tienen hijos, no se sientan
menos o desgraciadas de no tenerlos. Cada quien debemos vivir con
nuestras elecciones y con lo que el destino nos va trayendo.
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