martes, 13 de junio de 2017

La traición a una misma. "El diario de Edith", de Patricia Highsmith*.



 "Recordó con más fuerza, sintió (con más fuerza que cuando escribiera la frase, quizá veinte años antes) que la vida carecía realmente de sentido, para todo el mundo, no solo para ella. Pero si estaba sola, si iba a estar sola, en ese caso la falta de sentido llegaría a ser mucho más aterradora. Eso era todo. Se sintió aterrorizada durante unos segundos, como si hubiese tenido un vislumbre del destino, de la suerte, de la esencia de la vida e incluso de la muerte...".
pág. 115. 




 Un diario, en el centro de la trama,  nos muestra en un principio la vida  tranquila y común de una mujer “dedicada a su casa” (esto significa que asume la mayor parte del trabajo doméstico y del cuidado de sus moradores). Poseída por un marcado interés en el acontecer político nacional e internacional de su tiempo, Edith inicia por otra parte la publicación, junto con una socia y vecina, de un semanario político que hace circular en su localidad y alrededores: esa es su verdadera pasión.  

Obligada por el “deber” femenino de cuidar a todo aquel que habite su hogar, Edith ve recargado su trabajo cuando un familiar lejano de su esposo, de avanzada edad, decide quedarse a vivir bajo su techo. La descomposición de la vida familiar “feliz” se evidencia mejor cuando el hijo se va convirtiendo en un adolescente alcohólico sin ambiciones con rasgos psicópatas, el anciano va siendo cada vez más dependiente y el esposo decide abandonarlos por una mujer veinte años menor.
Se supone que el diario debería dar cuenta fiel de esos devenires, incluso como escape o desahogo, se convierte en cambio en el receptáculo de las fantasías y de la vida familiar como hubiera querido que fuera, como debería ser en un mundo en donde todos están contentos y felices, empezando por Edith.
Pero ella no reconoce ante los demás ni ante sí misma su hartazgo ante el cúmulo de pesados deberes, situación que empeora cuando el esposo abandona a su tío abuelo en manos de su exmujer.
Edith, al no intervenir, no denunciar y dejar hacer, accede a ocultar el asesinato del tío en manos de su hijo. Así, una mujer correcta políticamente termina ocultando un acto criminal.
Mientras, los artículos y opiniones de Edith en su pequeño semanario van siendo cada vez más honestos y radicales. La novela da cuenta, lateralmente, del devenir histórico y político de los E.U.A. durante los revueltos años sesenta del siglo pasado. El análisis de Edith, que va adquiriendo mayor profundidad y certeza, empieza a ser sistemáticamente rechazado por la sociedad pueblerina que antaño la leía y seguía. Ellos conocen la difícil situación personal de Edith y justifican así sus “extraños artículos” que cuestionan cada vez más el status quo norteamericano de su tiempo. 

Highsmith (1921-1995, norteamericana) en esta obra investiga los mecanismos y motivos ocultos que pueden convertir a una persona “normal” en alguien capaz de quitarle la vida a alguien, o en participar en ello. Esta exploración está presente también en sus más conocidas novelas “Extraños en un tren” y “El amigo americano”. La redacción siempre trascurre en dos planos, el consciente y el inconsciente.
A ello se presta, en el formato de la novela, el uso del punto de vista de una subjetiva tercera persona muy cercana que se va alternando entre Edith y su hijo Cliffie. 
Me parece interesante hacer notar que en el manejo nostálgico del tiempo a saltos y sin gran explicación, me recordó a Alice Munro** .
En un plano inconsciente, el lector va tomando nota de una multitud de actitudes y movimientos no verbales que van mostrándonos cómo Edith, a fuerza de decir a todos que todo está bien, va perdiendo el contacto con su realidad, misma que la obliga a dedicarse a todos menos a sí misma, a no valorarse y a mostrar siempre la mejor sonrisa ante todos aunque eso implicase traicionarse a sí misma. Alice Munro también hace uso de este doble rodaje en sus cuentos, aunque de manera más sutil y no necesariamente encaminada a la comisión de un delito, sino a abruptas decisiones que cambian la vida de sus mujeres protagonistas y de quienes las rodean.
A Edith, esa traición a su persona más auténtica, su yo más íntimo se lo cobró muy caro.
Se las recomiendo.


* Edith’s Diary. Patricia Highsmith, 1977
Traducción: José Luis López Muñoz Editor digital: Titivillus ePub base r1.2
**Canadiense, n. 1931. Premio Nobel de Literatura 2013.

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