Mi mente divagaba entre la tibieza del río Concá en Adjuntas, los pavorreales de Tequisquiapan , la exaltación poética de los asistentes a la noche bohemia de Dolores Hidalgo y la atenta participación en la última presentación en el Museo de la Ciudad de Querétaro.Asimismo, reconocía en mi persona el reencuentro con las huellas que la historia mexicana dejó en el centro histórico de Querétaro, al visitarlo por enésima vez, ahora en compañía de Manuel.
Eso me sucedía hoy, cuando el tiempo de la rutina doméstica me alcanzó.
Era un día después de la semana que mi viejo amigo compartió conmigo. Mi casa y mi familia evidenciaron, en su descuido, cuánto me necesitaban con mis viejas atenciones, pero yo no soy la misma.
Algo ha cambiado en mí y no acierto a definir qué. ¿Será de lo mucho que aprendí con mi visitante y cómplice? ¿A que me atreví a organizar una gira que no sabía si funcionaría? ¿A qué confié, siguiendo tímidamente mi intuición, nuestra manutención de varios días a personas que sólo había visto una sola vez? ¿Y a que todo salió rebasando nuestras expectativas?
¿A que revaloré la riqueza natural, cultural y humana de mi estado? ¿A que me sentí más arropada que nunca por mis amigos y especialmente mis amigas?
Me analizo y encuentro que me afiancé en mi deseo de seguir en el trayecto que me he trazado, y como cuando limpias tu casa, sigo encontrando detalles qué pulir, estantes qué reorganizar, muebles usados qué desechar, rincones qué adornar, en este mi hogar espiritual y centro que es mi río creativo.
3 de agosto 2016.
Ya habíamos compartido letras, audiovisuales y nostalgias con los jalpenses cuando el afable Willmar nos llevó, por la tarde, a Concá a conocer al árbol milenario. Manuel quería inspiración en ese monumento natural y
yo, seguidora como siempre lo he sido de sus pasos, deseaba tambien ser llevada a lugares extraordinarios viendo el paisaje y no los detalles del asfalto.
El sabino surtidor de agua limpia como manantial nos recibio ufano, nos rregaló sombra, presencia, estabilidad y con una gran sonrisa que partía un costado de su tronco, hendido por un fugaz incendio, nos susurraba burbujas de arena blanca que hubiéramos podido beber, solo nos detuvieron los peces juguetones y el lirio naciente.
Jalpan y Concá fueron generosos con nosotros. Nos mostraron sus montañas, la tranquilidad y ternura en el trato de sus gentes, la tibieza de Adjuntas, la fragante vida que asoma por todos los poros de esta tierra fértil. No en vano es reserva ecológica de la biósfera. Tierra bendita por los humanos que solo les falta.aprender a.vivir dignamente de ella asegurando bienestar y progreso a sus hijos para que no tengan que irse de.migrantes al peligro y a la explotación inhumana al pais del norte.
Quiero presumirles que el evento literario en Jalpan fue una experiencia rica, en donde participaron activamente los reporteros de numerosos medios de comunicación y el público con mucho entusiasmo.
Que me mojé con.todo y ropa en Adjuntas, que el rio de agua tibia de la vida me llevó con una lentitud que combinaba con los latidos tranquilos de mi corazón.
Mi corazón que ahora lo siento pacificado, agradecido, pleno y listo para seguir en esta gira que he vivido hasta los huesos y bajo la piel.
Gracias gente, generoso sol, milenario árbol, oxígeno recien nacido, exigente sensibilidad de Jalpan.
Bendita seas, vida, por haberme dejado vivir estos dias y por depararme mas momentos bellos todavia, en esta gira de Mexicanidad sin fronteras.
Por último, gracias Manuel por tu visita y renovada amistad y compañía.
1ro. de agosto 2016
Es un día que aun no termina, y ya siento su benéfico efecto en mi animo. Ayer, tuve el reencuentro con Manuel Murrieta a quien no veía desde hace 30 años. Hoy, viaje a Tequisquiapan, presentacion animada y celebrada y entuasiasta asistencia a mediodía a pesar de lo difícil del dia y hora. Luego, una deliciosa comida rodeados de pavorreales en un legendario restaurant.
Y en la tarde, acompañados.por un magnifico sol, el siempre impresionante traslado a Jalpan, cruzando el semidesierto, respirando el transparente aire de Pinal y casi tocando las cascadas que se asomaban al lado de la carretera sinuosa que baja a Jalpan.
Llegar y.encontrarnos con el espléndido equipo que nos recibió, lidereado por Hugo Márquez, muy interesados en nuestras obras y dandonos un trato amabilisimo, digno y afectuoso.
Mañana nos presentaremos en la parte superior de la biblioteca municipal, será otro dia de compartir nuestras letras, platicar con los privilegilados habitantes de estas tierras y compartir nuestra vivencia de ser sonorenses de nacimiento, migrantes de.nuestro lugar de origen y haber adoptado, pese a nuestras nostalgias y regresos, nuestro nuevo terruño sin olvidar nuestras raices.
Ese proceso esta evidenciado en nuestras letras, y al mismo tiempo estas nos han servido para procesar nuestro proceso de asimilacion.
Ana, me identifiqué contigo y aquello del descuido a la casa. Justamente cuando más escribo, más desmadre hay. Felicitaciones por tu gira. Se me pasó lo del Museo de la Ciudad, me hubiera gustado acompañarte. Pero, como sé que vas a seguir activa... ya será para la otra.
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