lunes, 15 de julio de 2013

HUAMANTLA: SUSURROS EN UNA PLAZA SEMIVACÍA

Llegamos a Huamatla.  Los rostros serios se estimulan una sonrisa al darme informes por la feria del pueblo, que es en agosto. Parejas de adulto se pasan información poselectoral, sentados en las bancas de la Plaza. No alcanzo a oir casi nada. Solo los niños expresan alegría en las calles.
Semana poselectoral, varios municipios tlaxcaltecas están sin ganador, la contienda fue tan cerrada que se fueron al voto por voto. Se suponía que ayer terminaban; el PRI y el PAN se disputan los gobiernos municipales.

Veracruz está a solo dos horas en coche. ¿Será ese el infierno en la tierra que indica el diablo hecho títere en la función que vimos? "Te llevaré para allá (indica al este), donde hace muchísimo calor, es verde y está lleno de frutas", le dice al niño flojo, mentiroso y negrito.
Emi se asusta con el diablo hasta la náusea, logra contenerse. La función para niños modernos en un excelente escenario incluye música de Cri Cri a todo volumen y un payaso que ansía presentarse en público pero que no puede pronunciar bien las palabras. Típico.
Quizá la cercanía a la costa dominada por los ce tas sea la razón de mi temor, quizá infundado, de mi resistencia a quedarme en este pueblo.
La muchacha que vende peyón impreso para que lo pinten los niños, me dice: regrese en la Feria. La que vende helados (de leche) y nieves (de agua) también afirma: regrese el 14 de agosto, entonces hallará artesanías y camisetas y puestos de comida callejera y caminos con dibujos en las calles.
Transito por la Plaza, observo un edificio de varios pisos con balcones de ladrillo, me recuerdan al viejo Veracruz.
Como un mole delicioso con marcado sabor a chocolate, en un restaurant vacío. Emi quiere que busquemos hotel y nos vayamos mañana. Supongo que quiere ver la TV por cable, de la que carecemos. Hay muchas casas abandonadas.
Compro una bolsa de duraznos pequeños con sabor concentrado, dulce. Una viejita los vende en una esquina, trae su propia báscula de pesas.
Ricardo Monreal dijo que las elecciones estuvieron secuestradas por la delincuencia organizada y las policías locales en Zacatecas. ¿Y en Tlaxcala?
Mi contacto de Tlaxco no contesta. Hay nubes negras en el horizonte, el aire aún más ligero me sigue mareando.
Me decido.
Llegamos ayer a Querétaro en cuatro horas de carretera.

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