domingo, 6 de diciembre de 2009

Parra, Eduardo Antonio. Los límites de la noche. Narrativa Actual Mexicana. Editorial Planeta-Conaculta. México, 1995.

La vida en la frontera mexicana con Estados Unidos es difícil, dura. La línea marca diferencias culturales, económicas, incluso físicas entre las poblaciones de ambos lados. Y son a la vez tan parecidos, pues cada lado ha realizado las propias adaptaciones a las influencias del otro.
Eduardo Antonio Parra escribe relatos de este lado, el mexicano, pegadito a la frontera, de tres ciudades distintas: Monterrey, Laredo y Ciudad Juárez. Son las que nombra, aunque en sus nueve relatos pudiesen ser más, otras, o las mismas.

Los límites de la noche cruza el terreno de la vida nocturna de diversos personajes fronterizos. La noche, para el autor, trae consigo la otra parte de la personalidad humana, la evadida, la no visible, la que goza, persigue, ataca, cela, se droga, insulta y mata. La zona que permitimos ser cuando existe la oscuridad para ocultarnos y para planear lo impensable.
Con personajes muy bien trabajados, Parra encarna en primera o tercera persona actores reales, con historia y con sentimientos, con carne y con alma, con remordimientos y con sed de sangre. En cada relato se esculpen ambientes y situaciones tan reales como sus personajes, en donde se pueden oler los cigarrillos de maple como saborear una cerveza Pacífico o Tecate, en la oscuridad de algún antro de Juárez o Monterrey. Sus costumbres, dilemas, odios y miedos, son permeados por la dureza de las condiciones de vida para la mayor parte de la gente de a pie, la que tiene que luchar para obtener dinero que le siga comprando un pedazo de tiempo de vida.

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