martes, 31 de mayo de 2022

Salir de la zona de confort.

 Con el desvelo propio de haber salido de mi zona de confort por un día, me preparo mi droga matutina enmedio de una zona bellísima del estado de Querétaro, en donde se puede acampar gratuitamente y de manera segura, en un bosque gigante de coníferas y mucho más cerca de las estrellas. ¿Pueden adivinar dónde es?

Así festejé con mis hijos y perro, los primeros días de mi sexta década. 

¿Y qué fue salir de mi zona de confort? Dormir sin colchón mullido, diez grados celcius nocturnos menos que en Querétaro Capital (nunca se me quitó el frío), a doscientos pasos del baño limpio más cercano, con carbón húmedo para encender fuego de mañana y escuchando los ruidos amplificados de perros, fiestas, música y juegos de niños durante toda la noche, ya que afortunadamente no estuvimos solos. 

Las tiendas de acampar y el carro, resistieron el traqueteo, y nosotros también.

(Foto tomada por Alan St Clair).


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