A Xichú

Pueblo de caminos clausurados

de escondidas piedras labradas
de arcos de piedra antigua
entre nogales y hojas gigantes
con historias pendientes de ser contadas.

Pueblo que araña al futuro
mientras el cambio climático
asoma sus dientes de sequía
sobre los charcos y ríos
los manantiales se hacen subterráneos
los nopales y huizaches y mezquites
toman el lugar dejado
por mangos y bananos

Veo cómo avanza
una tremenda profecía
de desiertos
y agua capturada en presas particulares

Tu gente palabrera
te salva con sus cantos decimales
ve la flor donde otros solo vemos
espinas y odios y muerte y final

Será que llegué en tiempos de secas
a ver tu cara empolvada
y no conozco tus ritmos y sosiegos
y no sé esperar a la lluvia sin pensar
que ya se está acabando el mundo

Pueblo de niños
que elevan al aire sus ojos de asombro
ojos que ven con gusto una mujer desnuda
un grafiti prehispánico
un jilguero recién nacido
ojos que no nacieron con videojuegos en la mano
que saben cuándo nacerá un borrego
o se nublará al rato y quizá llueva

Te salva el corazón

que asoma su canto aventurero
hasta el otro lado del charco
e inunda de olas a las parejas
al son de la vihuela y la guitarra

Estuve en tu tiempo de secas

inundada de verdor
tu gente en silencio espera la lluvia
mientras descubre en sus maestros
la clave de sol y el ritmo
y la métrica y el sentido

No lo sé    quizá aquí lata

el corazón del mundo
cuando en un templete truenen
al compás de los siglos
la vida y la historia ocultas
en un duelo verbal