Bienvenidos a Hermosillo
con letreros demasiado explicados
(baje el agua -jale la palanca- )
y la carne asada con su sal especial
se agrupa en "percherones"
donde cada Oxxo
tiene su pepenador
donde chicas drogadictas de 40 kilos
roban tortillas secas de los puestos callejeros
donde la última moda citadina
es subirse al Cerro de la Campana
cuyas luces han expulsado víboras y alacranes y lechuzas
a las casas viejas del centro
(la policía municipal te manda a calles imposibles de descender)
donde todos transitan por su carril
ciudad cómoda sólo para carros
para la velocidad enmedio del infierno
hecho tierra
Sólo los árboles sobrevivientes
amados/ regados siempre en demasía
le devuelven su faz amable
amplio y oscuro abrazo
a la ciudad que transité con energía
en lentitud y polvoso espacio
con tienditas de techo alto y cajas de vidrio
llenas de empanadas de calabaza
y abanicos ruidosos sobre sillas de madera
café de olla con tazas de peltre
regalado si lo pides
a cinco pesos para llevar
Todo es franquicias y fast food
Combate es Caffeino en polvo
el Mercado Municipal casi es un Museo
y La Yarda no está en la orilla
sino en un centro-norte
y la gente, como siempre, dividida por su dinero
poco la mayoría
mucho unos cuantos
vive enredada en sus temores
como un papalote con la cuerda corta
enfrentando feroces y alzadores vientos
Pero siempre el tiempo es otro
aunque corran los carros
atardece más temprano
y la tarde-noche te lleva
a saborear tamales de elote con champurro
en una casa de puertas y corazones abiertos
a jóvenes y niños y adultos huérfanos
de hermanos unidos por las pérdidas
y los astros y la literatura y los escritores
el chile verde tatemado con queso
me fue ofrecido con el corazón y un alma
cargada de recuerdos
y el recuento de las vidas pasadas
como un roce a los tejidos que se urdieron
mientras yo vivía otras historias
en una ciudad no tan diferente pero distante
a la mía
y salieron personas y trabajos y edificios
y calles perdidas y cantinas derruidas
y sentidos cambiados
Solo los nombres de las calles
y los parques y estatuas
y el Gimnasio del Estado sin trampolín
y las glorietas y la Comandancia
y la Presa y la Casa de la Cultura y el Auditorio Cívico
se quedaron donde están
Me fui para dejar atrás espinas
regreso y me encuentro
que son las únicas
que no cambiaron de lugar
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