
Abrazo la vida pero el abrazo trae espinas. Hay días en que duele vivir, duele pensar que habrá dolor para mí, para mis hijos, para los vivos.
Que otra gente sufrió y lloró y penó y luego murió, me duele también. Qué afortunada soy de no haber sido tratada como rebaño, como una res en un hato hacia el matadero.
Y moriré, y lo que pienso y siento y recuerdo y quiero asimilar y quisiera recordar morirá conmigo.
Para qué... sembrar esperanza, crear futuro, luchar por ideales. ¿Para qué?
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