Hay una guerra interior
mis demonios y diablas
y una guerra exterior.
Las batallas se libran
de la calle a mi timidez
de mi autocensura al acoso
desde tu evasión hasta mi perpetua nostalgia.
Nuestros cuerpos
son campos de batalla
peleo yo contra mi imagen
discuten ellos mi libertad.
La lengua suelta los miedos
los míos y los de mis amigas
los iluminamos y a veces
con fortuna
les hacemos felices autopsias.
Nuestras mentes
evaden y enfrentan
descansan como si nunca
se agitan como si siempre.
La guerra exterior (ojalá sea una revolución)
genera muertos y dolor
transforma la protesta en grito
el llanto en aullido
el duelo en valentía.
Tu/mi/nuestra guerra interior
se libra en la inercia
salgo o no salgo
escribo o veo la tele
pinto un cuadro o mis uñas
me veo bonita o soy una gorda
ganan los demonios
o esa vieja sabia que gruñe
y avisa y empuja y salva
y me hace ganar cuando la escucho
y me hace infeliz cuando
la reprimo
y el miedo me provoca
cambiar de canal y no apagar
lavar trastes y no leer
tener ruido y no silencio.
Escucha
las balaceras están cada vez más cerca
las victimadas cada vez
se nos parecen más
la guerra se recrudece
toma mi mano
la creación nos espera
la lucha no es fácil
pero venceremos.