Cuando se iluminanPara Alejandra H.
la madre oscura
el hombre débil
la tristeza abonada con lisiantos
azoteas sin llave nidos con ausencias
y la fijación en los finales felices
de los cuentos de hadas
reconocerás los dientes de lobo
en los humanos más dóciles
levantarás los puentes levadizos
cuando asome tras la colina
el ejército invasor
disfrazado de monje.
Relatos para entender
los torbellinos hormonales
de partos duelos obsesiones
los atravesamos a ciegas
jugando a la ruleta de la vida
donde la apuesta
somos nosotras.
Nos bajas del viejo pedestal
respiramos la fuerza de la autoconciencia
nos muestras tus heridas del naufragio
a tierra has llegado y la manada
lame tu tristeza hasta sanarte.
La princesa quedó atrás
Vasilisa regresa con su cráneo iluminado desde adentro
nadie te engañará ni ilusionará en vano
las letras muestran el sendero
las letras crean el sendero
de una vida ligera y ajustable
como una nariz de payaso.
Me conmovió escuchar tu poema querida Anna,dónde se extiende el diálogo de Nido y me confirma que un texto se reescribe cada que un lector lo lee: es cierto. Para mí la lectura es un diálogo íntimo y la posibilidad infinita de que los textos se renueven con la subjetividad de cada lector y su propia historia.
ResponderEliminarMe parece muy completa y profunda tu visión del lector como creador. Cada lectura resuena en el lector y dialoga con el escritor y su obra. En este caso, tu "Nido" tuvo mucha resonancia en mí, por lo profundo y largo alcance de tus temas y su tratamiento literario. Felicidades de nuevo.
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