domingo, 12 de julio de 2020

Falso antagonismo

Para ellas     mis ancestras
hubo un antagonismo irreconciliable
entre ser mujer de familia
y  ser artista.

Procuro resolver
la elemental dicotomía
si ellos pudieron
fue porque tuvieron mujer
si yo puedo
es porque no tengo hombre.

Solo la casa resiente
la falta de trabajo
en mi cocina reinan bichos de noche
en mi patio abundan
buganvilias en exceso crecidas
otras plantas reviven con las lluvias
la tierra se asienta en el piso de la sala
los hongos acechan en el baño
entonces limpio     sacudo     ordeno     mato
y mi sueño de ser artista
se va con el camión de la basura
y mi gusto por el piso brillante.

Mis hijos colaboradores
resentidos por tanto movimiento
exigen espacios sin intervención
luego descansamos todos
y volvemos a ser los de antes
artistas de medio tiempo
cocineros de medio tiempo
limpiadores de medio tiempo
empleados de medio tiempo
estudiantes de medio tiempo.

Si mis ancestras me vieran
pensarían que estaban atinadas
si mi padre me viera
 sentiría tener la verdad
ellas verían a una ama de casa dedicada
mi papá contemplaría a una artista completa
de la que huyen en su fuerza
los posibles pretendientes
        a ser artistas con mujer.

Desgrano la soledad

Sólo el silencio es productivo
dice el Tao chino
bendigo el no hacer
mientras hago poesía
demando silencio al día
diluyo culpas maternales
sin ellas soy solo una ola
que busca su ribera
un eco de mil voces
acechando oídos
para no desaparecer en el polvo

Si me pierdo     no me encuentres
desgrano la soledad
mi creación existe cuando
anido esta cesta de palabras.

lunes, 22 de junio de 2020

La tormenta: lenguaje poético y crudo tocando trasfondos humanos.

Por Manuel Santillana Macedo*. 

Me leí en un par de días, para disfrutarlo mejor, esta novela corta de Anna Georgina St Clair: La Tormenta.

Me recordó mucho los cuentos Sufies del destino insobornable. Rememoré también las mil y una historias de amores extraños entre mujeres sonorenses divorciadas, solas, viudas o aún jóvenes con hijos quienes inician una relación con un gringo e inician extrañas relaciones.

Decenas de evocaciones surgidas por el lenguaje poético y a la vez crudo de una historia tragicómica finalmente. Es una novela negra, en efecto, donde iremos conociendo paulatinamente la historia del asesino y el plan surgido en los trasfondos humanos. Sótanos del ser humano tanto emocionales como cotidianos de quien planea algo, con coraje, y que tendrá un desenlace incierto.

Una buena novela para estos tiempos de coronavirus.

*Médico, poeta, novelista. Doctor en ciencias de la salud y promotor cultural. 

domingo, 31 de mayo de 2020

Fluir en el encierro

Queriendo fluir en el encierro
reclamo la paz con un grito
juzgo mi tensión que busca
la tranquilidad del sismo
la energía de la ausencia.

Los caminos se han desviado para siempre
sin abrazos que confortan
mi piel anhela la tensión del beso
una boca se cubre de salud
un estornudo busca el consuelo.
Imagen: https://andina.pe

La espada del abismo quirúrgico
                   es miedo en la calle
el parque fumigado espera tu aliento
los pasos se desvían de otros pasos
el extraño es un posible vínculo
                             a la muerte.

Transito el miedo con negaciones
aplaco mis iras con sueños mansos
anhelo el regreso a lo que antes
deseaba cambiar 
                         por paisajes.


martes, 26 de mayo de 2020

"Tacones en el Jardín", novela que conmueve.

"Yo tengo el libro de "Tacones en el jardín" me dejé llevar por la cubierta artesanal, rústica y el título, entre los diferentes libros que ella traía: -Magnífica elección. Se los recomiendo. A mi entender, parte de la premisa de la novela negra, pero con mirada fresca, diferente, compasiva, humana, crítica, hasta poética. Hay libros de suspenso y policiácos que nos cuentan historias de detectives con una vida tan sórdida o aventurada que hasta se nos antoja imposible, Un mundo tan ajeno al nuestro que nos es indiferente; por tanto uno termina de leer casi por el puro compromiso de saber cual es el desenlace, pero en tanto sabemos quien fue el culpable, ladrón o asesino, ya nunca los volvemos a tomar del librero. Este no es el caso. Es un libro que he disfrutado una vez y me nace releer muchas veces más. Es de esos que se disfruta por la palabra, cada página con su manejo del lenguaje, con su introspección y su poder descriptivo. Te gana simpatía el personaje, porque es tan igual a ti, tan amolado, dolido y genuino como uno, pero con sus ganas de florecer, de abrirse al día una vez más. Y pues si la prosa de Anna Georgina St Clair nos conmueve, hay que asomar a su poesía enmarcada por una labor artesanal cuidada, meditada, íntima. Felicidades por esta nueva creación. En cuanto nos libremos de esta contingencia, confío que podamos coincidir ya que se disfruta mucho tu literatura".

Alfredo Tierrablanca. Locutor y poeta, de Celaya, Gto. 

lunes, 20 de abril de 2020

Amor con alfileres

Buscar
el menor atisbo de amor
reproducirlo una y otra vez
convencerme
que siempre me quisiste
no lo sabías pero te sentía
en los alfileres de la ropa que me hacías
en el hacer y no
     en el decir
sin palabras navegué en la vida carente
ajena de mi amor por mí que sembraste
mientras lejos armabas creaciones
flores brotaban en el silencio del riego.

Busqué mis palabras
y encontré manos
finas y fuertes como las tuyas
un sinfín de obsesiones reprimidas
y pasadas por el colador
      de la razón.

El encierro es real y actual
me convierto en tu hija imitadora
sin razón elaboro manualidades
encajo alfileres involuntarios a mis hijos
quizás las palabras de este poema
le den sentido a tu silencio
que no reprime obsesiones
que solo busca reflejarse en mí
hurgando las ideas que den voz
a lo que nunca expresaste
y que ahora me rebosan
de frescura inevitable
cuando veo mis obras
terminadas. 

viernes, 17 de abril de 2020

Decirte que no me importa

Decirte que no me importa
razones son las que quiero
en qué momento
por qué si y luego no
entender dinámicas
del pasado confundidas
por qué repito 
por qué niego
por qué arrastro y luego abandono
perseguir las ansias
     liberarme de mis pecados
ver más allá de tu sonrisa
de mi llanto y de nuestro
     silencio
conocer el río que me corre por dentro
saber que si me inunda
podré salir a flote.

Quizá en el fondo
     evadí la realidad
soñé sueños antiguos
me dejé llevar
por la ilusión que corroe
     las calles
          de mi tristeza 
zarpar en la nostalgia
quedarme embarrancada
en las arenas del miedo
no enfrentar el desprecio
y dejar pasar los días
          hasta tirar todo
          por la borda.


Expoesía. Autoedición. México 2018. 


jueves, 26 de marzo de 2020

Actividades en fase 2 de cuarentena por el COVIT-19

Despierto en la madrugada y el aleteo de cientos de pájaros ilumina con gorjeos el cachito de cielo de mi ventana. Sólo el arranque de algún camión urbano me recuerda que estoy en una céntrica colonia de la ciudad de Querétaro. Cómo decirles que me llena de esperanza el día el saber que la tierra descansa y se expande mientras nosotros los humanos nos aquietamos. 
Y es necesario hablar de la esperanza de que todo será mejor en los meses y años venideros. Esta crisis de salud mundial,  provocada o no, nos ha traído muchas enseñanzas. Una de ellas es la conciencia de la movilidad de la que gozábamos y que seguramente volveremos a tener. Otra es la limpieza del aire y de los sonidos citadinos, cuando la mayoría está recluido, hablando del medio ambiente.
En casa, con un hijo recluido totalmente conmigo, y otro acudiendo parcialmente a laborar, ando llenando parcialmente los pendientes. En general, he seguido cosiendo mi traje de falda larga (era "Maxifalda" en los setentas) y me preparo mentalmente para coser la blusa correspondiente con la tela sobrante, que sí va a alcanzar.
Ya llevo hechos dos vestidos largos (uno lo regalé), una minifalda (apenas arriba de la rodilla) de mezclilla, una blusa de tela ligera con retazos para hacer juego a un pantalón que ya me cosí,  y ahora tengo pendiente hacer ese traje de falda con blusa, que pueda ponerme juntos o separados.Y me decidí y acudí al closet a sacar la ropa que ya no me pongo o que llevo varios años poniéndome y que ya está gastada, aún cuando la haya hecho yo. 
¿Por qué me hago ropa? Porque de mi talla, XXL, no toda me queda bien. Mi cuerpo, como el de todos, no es stándard y las tallas convencionales me quedan debiendo centímetros de tela, o yo preciso luego retirarles pulgadas. Y pienso, para qué andar buscando ropa que 1) me quede bien, 2) me guste la tela y diseño y esté acorde a la temporada, 3) esté de precio accesible... Todas esas variantes las cubro cuando acudo a Modatelas o a la Parisina, veo las bellas telas de temporada y hago cuentas y me doy cuenta que con cincuenta o máximo cien pesos, me puedo hacer ropa que me dé gusto ponerme... Bueno, debo admitir que soy vanidosa y esos gustos me cuestan sobre todo trabajo y cada vez más práctica.
Pienso en que puedo aprovechar el tiempo para seguir pintando, o para escribir más poesía... pero esporádicamente escribo mi diario (este texto podría ser el de un día) y uno que otro boceto a lápiz y carbón. Mientras no estoy trazando (de revistas de moda que traen sus patrones estándar que yo adecúo a mis medidas), cortando o cosiendo, me dedico a pensar cómo resolver detalles en torno a un cierre, al fondo que estoy integrando a mi falda larga (para que al caminar no me rocen los gorditos de las piernas) o en cómo voy a cortar lo próximo a hacer. Espero que esta obsesión por terminar mi  ropa, termine con esta tela que estoy haciendo, pues no tengo más. Y luego pueda pasar a uno de los varios proyectos que traigo en mente.
Además me dedico a cocinar la comida lo más sana posible, ahora que tenemos más tiempo. 
Ayer Alán hizo tortillas de harina con aceite de oliva en vez de manteca, y le quedaron exquisitas, que servimos con falafel (tortas árabes de garbanzo) y ensalada fresca. Pero no me quiero dedicar solamente a la cocina, máxime que ahora he cambiado mi régimen alimenticio y psicológico: comida más equilibrada, menos vasta y sin pensar tanto en ella. 
Fui al mercado de Abastos y compré muchas semillas, quiero incursionar en hacer barritas nutritivas para los antojos entre comidas, encontré unos tutoriales muy sencillos en youtube, a ver si funcionan las recetas.
También un ejército de trabajadores y máquinas andan cambiando (para bien) las banquetas y calle frente a mi casa. Las dos semanas pasadas fueron de mucho ruido, polvo, dificultad para salir y entrar y movimientos telúricos provocados por la compactadora para preparar la tierra para la calle. Afortunadamente han terminado con la porción de mi casa y están terminando de preparar para el nuevo empedrado (estilo caminos de Oaxaca) en concreto. Lástima de piedras que absorbían el agua de lluvia, ahora una gruesa capa la dejará correr para ser capturada más abajo. Trabajan día y parte de la noche, lo cual es bueno pues tienen prisa por terminar. Ya me he ido haciendo más tolerante al cambio que ha representado su afanosa labor. Cuando me haya acostumbrado totalmente, se van a ir a seguir arreglando otros espacios de la colonia.

viernes, 3 de enero de 2020

Oda a los semáforos inútiles

Se descompusieron
los semáforos
nos decían cuándo
caminar arrancar correr circular
un supuesto orden supremo
al mando cromático
sin ellos hubo tránsito fluido
sin embotellamientos
nos cedíamos el paso.

Compraron semáforos
a una compañía oscura
como esas cuyos nombres
fueron registrados 
en lejanas islas / mini países de ricos
prestanombres tapaderas
(te compro porque me compro
todo queda entre nosotros)
pastel donde
ellos se sirven sin los demás
nos endeudaron
cada esquina con ritmo colorido
cada esquina un alto
llevando al río mecánico
a circular lento por las grandes vías
hasta podrir el aire.

Se fue el comprador de semáforos
fue criticado por tan absurda medida
(no te veo ni te oigo no me importa)
"sssh  son del mismo partido
no evidencíen /denuncien nada porque
queremos repetir por siempre"
como en una borrachera.

Y ese día de los semáforos descompuestos
se abrieron las cortinas    las grandes vías
que recorren los barrios modestos
no los requerían
tuvimos libertad (con medida, como la cerveza)
tuvimos aire limpio.

Si quieren que olvidemos las transas 
empiecen vendiendo los semáforos 
útiles sólo para el bolsillo de ese expresidente
y sus achichincles
paguen su deuda porque se van y no sabemos de ellos
hasta que quieran ser gobernadores
ofrezcan pensar en los de a pie
en los de a carro que por ahí andamos
ofrezcan aire limpio no solo dentro de un árbol
pongan luminarias en los parques
y sobre todo
no se tapen unos a otros sus suciedades
que tarde o temprano 
van a salir.