miércoles, 28 de agosto de 2019

Florece el dolor como punzada

En el caos del mundo
una selva ancestral arde
se incendian las justificaciones
desaparece la negación
aparece la codicia con sus dientes elegantes
el verde da paso a una tierra yerta
florece el dolor como punzada

Tantos humanos deambulando, abuela
     sin tierra    sin casa     sin ciudad
     sin pueblo    sin nación
sin papeles en el río del mundo  
     que indiferente sigue rotando
expulsados por la guerra     la hidroeléctrica
     la sequía   el ejército    el narco    el hielo
     el mar    la tormenta    el huracán     el fuego
     la riqueza    la pobreza     las bombas

¿A dónde van sus fuerzas, abuela
antaño dedicadas a su tierra     su fábrica
     su cocina     sus hijos     su cacería    su escuela?

Se quema mi corazón
toma aire el velero de la tristeza
¿cómo vivir alegre
si el caos así organizado
reclama su injusticia
a mi pluma?

Pobres, a deambular ignorados    quemados
a ser rechazados   golpeados
hacinados    drogados     prostituidos

Millonarios, a viajar en jets privados
comer por moda     dormir empastillados
drogarse por gusto      ganar por obligación
flotar de isla fantástica a
edificio custodiado a
mansión aislada
mientras cuentan sus cuentas de odio
acciones en oro cruento
y la sangre derramada
es un desperdicio más
para el océano
revuelto en plástico