viernes, 23 de mayo de 2014

Prosa fluida, sencilla, sin inhibiciones ni falsos pudores, en "De tejidos marítimos, viudas y tangas".



 Texto leido durante la presentación de mi libro de relatos el 9 de diciembre del 2013 en Hermosillo Son. , México. 

Por Angela Pérez Córdova

Buenas tardes, quiero decirles a ustedes que me complace mucho estar aquí, comentando el libro de mi querida amiga Anna Georgina. A ella la conocí muy joven y muy atrevida, sigue siendo joven y también muy atrevida, cosa que me da mucho gusto.
“De Tejidos Marítimos, Viudas y Tangas”, se llama el libro, un título sugerente, ¿a poco no?
Dice su autora en la contraportada del libro que es un desafío a la vergüenza, más bien yo opino que es un desafío a la verdad.
La literata Ángela Pérez Córdova y la escritora.
Anna, nos cuenta en 39 relatos, breves y concisos, historias llenas de cotidianeidad, donde la protagonista es una mujer valiente que encara con audacia y mucho valor, circunstancias y situaciones desde donde ella construye las diversas etapas de la vida de una mujer, desde la niña que aprende el lenguaje secreto del mar, la que sueña con volar, a la niña que ve con miedo las reacciones agresivas de los adultos a su alrededor, o la mirada llena de amor con la que ve a sus abuelas, o el rescatar en algún momento los ojos llenos de amor de su madre, y olvidar asuntos viejos e inacabados, que lastimaron en su momento, o la adolescente que se sorprende al descubrir su sexualidad en pleno, o la que se asombra con su primera regla y busca respuestas al respecto, o la que recuerda el primer beso, ¿quién no lo recuerda?
Vemos a través de estos relatos, como se nos explican, o mejor dicho como nos quedan un poco más claras diversas situaciones que afectan la vida de las mujeres; ahí está el alcoholismo de gente querida, el machismo siempre presente, la soledad, la doble o hasta la triple jornada que tienen muchas mujeres que luchan por sobrevivir, o el enfrentar las mujeres un embarazo no deseado en aquellos años que tenía que ser clandestino y en las peores condiciones. Nos habla también  de la constante lucha de las mujeres por encontrarle un sentido justo a la vida.
Así, cuando nos habla de la niña y de sus sueños, de la adolescente y de sus emociones intensas de cada día, de la  joven plena reconociendo su cuerpo y sus necesidades, de sus pérdidas y decepciones, del encuentro con la viudez, dejándonos entreveer ese sentimiento de vergüenza y júbilo por el que pasan estas mujeres, que dicen,  “es el estado perfecto de la mujer”,  volviendo a renacer, haciéndose dueñas absolutas de su tiempo, de su libertad y sobre todo de su independencia.
En todos estos relatos predomina una prosa fluida, sencilla, sin inhibiciones, ni falsos pudores, el estilo nos sorprende gratamente con las descripciones tan sencillas, tan breves y tan eficaces, sin adjetivación innecesaria, redundante. Podemos advertir en el nivel estilistico que la oralidad es un recurso utilizado por la autora con gran acierto otorgando con esto un valor testimonial.
Son vivencias de muchas mujeres, en cada relato nos muestra un fragmento de vida, un pequeño fragmento de vida de cualquier mujer, tú, yo, ella, nosotras, somos todas, todas nos reconocemos.

Leyendo a Anna, te llegan los recuerdos, te llenas de suspiros, de añoranzas, de querencias olvidadas, te dan ganas de escribir para llevar un registro de lo cotidiano, de lo simple que es lo esencial, escribir para aclararse lo que le pasa a una misma y entenderse, porque escribirnos es una de las formas de transformar nuestra manera de vernos.
Posiblemente, ojalá me equivoque, pero muchas de las que estamos aquí, crecimos bajo ese régimen absolutista de “ en boca cerrada no entran moscas”,  y bajo ese lema crecimos y aprendimos a callar siempre, porque se nos enseña desde niñas que no es bueno exteriorizar nuestros sentimientos, que a veces las preguntas no pueden ser respondidas por nadie, o casi nadie, y es entonces que aprendemos a respondernos desde la soledad de nuestra imaginación, y ni modo, en esta sociedad tan cerrada que es la que asigna roles, y que por supuesto a nosotras se nos asigna el  “rol pasivo”, el cual establece que ninguna mujer, en ningún momento de su vida, llámese infancia, adolescencia, juventud o madurez, pueda exteriorizar sus opiniones, hable de sus sentimientos, de sus vivencias, de sus deseos y realidades, el libro de Anna, es evidente que quiere dejar algo muy claro: si se puede!!!!!

Angela Pérez Córdova
Hermosillo, Sonora, a 10 de diciembre de 2013.

 (publicado con el permiso de su autora).

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