domingo, 15 de noviembre de 2009

Los diez mandamientos del escritor, por Stephen Vizinczey

Circula desde hace varios años este texto escrito por este autor húngaro (1933). Me encanta, me parece que es lo más acertado y conciso que ha leido hasta ahora sobre los requerimientos del oficio de escribir. Disfrútenlo y sí, hagámosle caso.
 1.- No fumarás, ni beberás ni te drogarás. Para ser escritor necesitas todo el cerebro que tienes.
 2.-No tendrás costumbres caras. Un escritor nace del talento y del tiempo. Tiempo para observar, estudiar y pensar. Y no puede permitirse el lujo de desperdiciar aunque sea una hora ganando dinero para cosas que no son esenciales. A menos que haya tenido la suerte de haber nacido rico, es mejor que se prepare para vivir sin demasiados bienes terrenales. Algunos escritores inmigrantes que conocí trabajaban como camareros o vendedores para ahorrar dinero y crearse una "base financiera" antes de intentar ganarse la vida escribiendo; uno de ellos posee toda una cadena de restaurantes y es mas rico de lo que yo pueda llegar a ser en mi vida, pero ni él ni los otros volvieron a escribir. Es preciso decidir qué es lo más importante para uno: vivir bien o escribir bien. No hay que atormentarse con decisiones contradictorias.
 3.-Soñarás y escribirás, soñarás y volverás a escribir. No dejes a nadie decirte que estás perdiendo el tiempo cuando tienes la mirada perdida en el vacío. No existe otra forma de concebir un mundo imaginario. Nunca me siento ante una página en blanco para inventar algo. Sueño despierto con mis personajes, sus vidas y sus luchas, y cuando una escena se ha desarrollado en mi imaginación y creo qué han sentido, dicho y hecho mis personajes, tomo papel y lápiz e intento relatar lo que he presenciado.
 4.-No serás vanidoso. La mayor parte de los libros malos lo son porque sus autores están ocupados tratando de justificarse a sí mismos. Dejé de tomarme en serio a la edad de veintisiete años y desde entonces me he considerado sencillamente materia prima. Me utilizo del mismo modo que se utiliza a sí mismo un acto: hombres y mujeres, buenos y malos, están hechos de mí mismo más la observación.
 5.-No serás modesto. La modestia es una entrada para la chapuzería, la pereza, la complacencia; esfuerzos pequeños generan obras pequeñas. No he conocido a un buen escritor que no haya intentado ser grande.
 6.- Pensarás sin cesar en los que son verdaderamente grandes. "Las obras del genio están regadas con sus lágrimas" escribió Balzac en "Ilusiones Perdidas". Rechazo, mofa, pobreza, fracaso, una lucha constante contra las propias limitaciones... tales son los principales sucesos de la vida de la mayoría de los grandes artistas, y si aspiras a conseguir su destino debes fortalecerte aprendiendo de ellos.
 7.-No dejarás pasar un día sin releer algo grande. No se debe cometer el error de leerlo todo para estar "bien informado". Estar "bien informado" sirve para brillar en las fiestas, pero resulta absolutamente inútil para un buen escritor. Leer un libro para poder charlar de él no es lo mismo que comprenderlo. Es mucho más útil leer una y otra vez unas cuantas novelas hasta comprender por qué son buenas y cómo las han construido los escritores. Hay que leer una buena novela unas cinco veces para comprender su escructura, qué la hace dramática y qué le presta ritmo e impulso. 
8.-No adorarás LONDRES-NUEVA YORK-PARIS. El lugar donde vives es el ombligo del mundo. Si posees una colección de obras de los grandes escritores y no dejas de releerlos, tienes acceso a más secretos de la literatura que todos los farsantes de la cultura que marcan el tono de las grandes ciudades. 9.-Escribirás para tu propio placer. No vale la pena que te esfuerces por interesarte por algo que resulta aburrido. Ahora escribo sólo sobre aquello que me interesa. No busco temas. Cualquier cosa en la que no puedo parar de pensar es mi tema. Si te ves a ti mismo, a tu "yo" verdadero, tienes la posibilidad de escribir un libro que agrade a millones. Porque, quien quiera que sea, hay en el mundo millones de personas más o menos parecidas a tí.
 10.- Serás difícil de complacer. La mayoría de los libros que leo se me antojan a medio termianr. Parece que el escritor se contentó con hacer su trabajo más o menos bien y pasó hacer algo nuevo. Para mí, escribir pasa a ser algo emocionante de verdad cuando vuelvo a un capítulo un par de meses después de haberlo escrito. En esa fase lo miro más como lector que como autor y, por muchas veces que hubiera reescrito el capítulo, todavía encuentro frases vagas, adjetivos inexactos o superfluos.

The Sunday Telegraph. 14 agosto 1977.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Clara Sánchez (2000). "Casi el Paraíso". Alfaguara. Madrid .

Una novela realizada en primera persona de un joven, Fran, que crece en las afueras más o menos adineradas de Madrid, en la que aparentemente sólo suceden cosas inconexas una de la otra, un devenir típico de un muchacho que vive solo con su madre.
Narra sus días y va tejiendo, con la ayuda de un amigo filósofo autodidacta, Alien, una visión de la vida que le ayuda a ir sorteando situaciones normales de todo adolescente: el divorcio de los padres, los primeros amores, el primer trabajo, la ausencia de un amigo. La novela es diferente a las que cuentan una historia y el hilo de la tensión te va llevando hasta terminarla. En Casi el Paraíso, suceden algunos acontecimientos que me llevaron a pensar que eran La Trama, pero el protagonista –la escritora- los pasó de largo y me quedé con poca cosa a qué aferrarme. Sólo las interesantes disquisiciones de este amigo filósofo, Alien, terminó dándole alguna razón de vivir al joven Fran dentro de su vida novelada y en la novela misma.
A pesar de la ausencia de un suceso puntual principal, la novela se sostuvo, por lo menos para mí. Esa situación no me impidió terminarla y por cierto con muy buen sabor de boca.
De las frases de Alien que retuve, pensadas con muchas vueltas por Fran, fue que quien llega a la adultez, a menudo se arrepiente de los sueños que no alcanzó a tener de joven. Pero sólo en la adultez se da cuenta de las posibilidades que la vida y el mundo tienen, cuando es más difícil o, si no imposible, luchar por lograrlas. Entonces Fran decide tener sueños y luchar por alcanzarlos siendo joven aún, lo cual al final logra.